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José Oxilia

José Oxilia

JOSÉ OXILIA
03/06/1861 - 18/05/1919 (*)

Nació hace 160 años en Montevideo, de padres italianos. Al finalizar la escuela su padre lo envió a la Universidad de Pavía en Italia a estudiar medicina. Pero el proyecto quedó trunco al tener que regresar a Montevideo por la muerte de su padre. Se afirmó entonces en su afición artística al canto. Tomó clases con el maestro español Carmelo Calvo antes de retornar a Italia en 1881, donde continuó los estudios de canto con el profesor Félix Pozzo. Sus adelantos le permitieron ser contratado para actuar como corista y pasar prontamente a comprimario en el teatro Liceo de Barcelona. Un nuevo contrato lo vuelve a Italia, donde hará una gira como tenor, en Luisa Miller. Otra vez en España, cantó en el Real de Madrid. Comenzaban sus éxitos y una importante ganancia económica. En Italia cantó: Hugonotes y Don Carlos en Padua; Mefistófeles y Fausto en Nápoles. Protagonizó Asrael en Bolonia, elegido por Franchetti, y debutó en Alla Scala de Milán con Otelo. De Verdi recibió el enorme elogio: ‘Tú eres el verdadero intérprete de Otelo'. Siguieron los grandes títulos: Lucrecia Borgia, Carmen, Cavallería Rusticana. Demostró su conocimento de la esencia de las obras cuando le indicó a Leoncavallo la discordancia entre la letra y cierta escena representada. Dadas sus excelentes condiciones de actor, Ermete Novelli lo invitó a formar parte de su compañía cuando la voz comenzó a decaer.

En 1890 llegó a Montevideo con la compañía de Consigli, donde fue recibido triunfalmente por el público -1500 personas- y las sociedades musicales. Le acompañaron hasta el Café Lírico -frente al Teatro Solís- del que su padre había sido propietario y que quizá marcó su destino. Debutó en el Solís con La Favorita de Donizetti, con gran suceso: «La sala estalló en aplausos atronadores y que duraron largo tiempo, siendo obsequiado el artista con una preciosa corona obsequio del General Tajes... La noche del estreno del simpático tenor terminó, en el escenario del Solís, con el duetto de la escena VI entre Leonor y Fernando que mereció aplausos. Al terminar la fiesta el entusiasmo degeneró en delirio. Las cazueleras arrojaban flores al escenario, mientras la concurrencia de la platea, de ordinario severa, se puso de pie, y aplaudiendo frenéticamente a Oxilia, que se presentó 11 veces en la escena profundamente emocionado.» La Tribuna Popular. 4 de junio de 1890.

Una gira posterior por Buenos Aires no pudo concretar nuevo contratos por el ambiente político agitado de aquel momento. En Montevideo, una función en el Politeama fue premiada por sus seguidores con una medalla y una corona de oro. Intentó sin éxito nuevas oportunidades en Italia y Río de Janeiro, para regresar a Montevideo e intervenir en actos benéficos. Su garganta, a la que nunca dispensó el cuidado necesario, se fue resintiendo más a partir de los primeros años del 900. Un último intento en Italia resultó infructuoso, y dio clases para mantener a su familia.

Una herida mal curada en un dedo degeneró en gangrena por su diabetes y se le amputó el brazo izquierdo. Así volvió al Uruguay en 1918, pobre y olvidado. Después de un intento fallido de suicidio fue necesario amputarle una pierna. Moriría al año siguiente, pero nuestro mundo musical continuaría luego con valores líricos como Víctor Damiani o José Soler.

 

(*) - Bibliografía consultada: Desde 1811 de la Prof. Ma. Emilia Pérez Santarcieri.

Ministerio de Educación y Cultura