La literatura latinoamericana, que vivió su mayor auge con el "boom" de los años 60 y 70, se enfrenta hoy a una realidad distinta, con desafíos relacionados a la incursión de las nuevas tecnologías y los cambios sociales.

Así lo expresó en una entrevista con Efe el poeta y narrador uruguayo Rafael Courtoisie, quien apuntó que el siglo XXI trajo consigo una serie de cambios que implican un "desafío" para quienes hacen literatura en la región.

"Es un enorme desafío porque de alguna manera en el siglo XX el Boom Latinoamericano, que eran grandes narradores, casi todos hombres pero por una cuestión circunstancial y también de época, quedó atrás", explicó Courtoisie.

Si bien el miembro de la Academia Nacional de Letras de Uruguay y ganador del Premio Casa de América de Poesía Americana 2014 matizó que la impronta del Boom Latinoamericano sigue vigente en la lectura, esgrimió que tanto ese conjunto de autores como otros englobados en el "posboom" ya no están produciendo.

En ese sentido, afirmó que ahora estamos viviendo "algo que no es onomatopéyicamente una explosión, ni un boom ni un posboom", pero "una época de la heterodoxia, de una enorme heterogeneidad".

"Hay una gran presencia de lo digital y del mundo de la virtualidad a través de las redes que ha hecho que ya no se pueda hablar de una literatura latinoamericana como un continente, como una región", destacó.

De esa forma, para Courtoisie Latinoamérica se enfrenta al desafío de la libertad individual a la hora de crear en un mundo caracterizado por lo "glocal", una mezcla entre lo global y lo local potenciada por los medios digitales.

Sobre ese mismo punto el poeta, licenciado en matemática y química que también se desempeña como académico y docente, comparó las redes sociales, a través de las cuales suele divulgar su trabajo, como una "red de peces", capaz de atrapar a los usuarios, o un medio de comunicación y herramienta de escritura.

"Esa metáfora de la libertad dentro de lo digital está como un desafío candente para los que están escribiendo ahora; porque no se terminó la literatura, por más que lo audiovisual tenga una presencia muy grande, la literatura se resignificó", opinó Courtoisie.

"El desafío va a ser cómo armar una novela que no compita con la red sino que se defina en su propia esencia de realidad virtual imaginaria (...) Ese es un tema que vamos a tener que resolver", agregó.

Por otro lado, el también miembro correspondiente de la Real Academia Española en Uruguay, que si bien desarrolló la mayor parte de su obra antes se siente "muy de este siglo", aseguró que un aspecto importante a desarrollarse en el siglo XXI será el empoderamiento de la mujer creadora.

"Tal vez sea el siglo de empoderamiento donde esas escritoras, creadoras, hacedoras de guiones cinematográficos y obras interdisciplinarias van a tener un lugar y una cierta jerarquía en el esquema de creación, que de pronto en el siglo XX no lo tuvieron tanto y antes lo tuvieron excepcionalmente", sostuvo el poeta.

El autor recalcó además que "el momento oportuno" en que la toma de poder en el discurso de mujeres que escriben "se dio" y "puede seguir adelante", en parte con la ayuda de las nuevas tecnologías.

"Acá no hay una lucha, van a ayudarnos a los seres humanos a ser más integrales, a reconocer que esa zona está allí y nos hace una especie entera. En ese sentido también yo estoy feliz de vivir en esta época", destacó.

En el dossier dedicado a su obra en la última edición de la Revista de la Academia Nacional de Letras de Uruguay, la experta Sandra Escames la define como "el resultado artístico de una serie de innovaciones enmarcadas en la tradición".

"Las marcas estilísticas y temáticas de su escritura no pueden, sin embargo, desvincularse del contexto nacional: su pertenencia a la generación de la dictadura o del silencio, o mejor, de la resistencia, en el Uruguay de los ochenta", agrega en el análisis.

Sin embargo, el propio Courtoisie describe su estilo literario como una exploración de diversos esquemas estilísticos que van de lo "poético y solemne" a lo más coloquial.

Además, explicó que durante uno de sus viajes y al darse cuenta de que vivimos en una "aldea global" decidió no limitar sus historias a la realidad montevideana o uruguaya.

"No me limité a contar lo que pasa en la calle de mi barrio y empecé a darme cuenta que una narración que ocurre en Nueva York o en el centro de Chile, o imaginar toda una novela en un Japón milenario, me permite hablar de todo lo que me pueda interesar", concluyó el autor de obras como El libro de la desobediencia, Vida de Perro, Tajos y Parranda.

 

Alejandro Prieto
Agencia EFE

Lunes 16 de Abril de 2018
Ministerio de Educación y Cultura