FRANCISCO ESPÍNOLA

04/10/1901 - 26/06/1973 (*)

 

Nació en San José de Mayo donde hizo sus estudios primarios y liceales. Criado en el seno de una familia criolla, creció en contacto con la naturaleza y cerca de gauchos a los que escuchó contar historias de las últimas revoluciones del Uruguay. Su padre le inculcó el interés por los autores clásicos. De joven, su amistad con Javier de Viana le hizo descubrir la vocación de escritor. Ya en Montevideo, pronto abandonó el Bachillerato de Medicina que había iniciado. En 1935, junto a su padre, llegó a pelear -con un viejo Remington que no disparaba- en el fracasado levantamiento armado contra la dictadura de Terra, iniciado por el caudillo blanco Basilio Muñoz con el apoyo de diversos sectores políticos. Durante la acción de Paso de Morlán cayó prisionero. Fue cronista teatral del diario El País y de Marcha, y profesor en el Instituto Normal, Enseñanza Secundaria y Facultad de Humanidades y Ciencias, en la que dirigió su revista, y uno de cuyos salones lleva hoy su nombre.

El 'gaucho' Espínola, como lo perfila Ana Inés Larre Borges, fue uno de los narradores criollistas de la Generación del Centenario, a la que pertenecieran Juan José Morosoli, Enrique Amorim, Justino Zavala Muniz entre otros. Se dio a conocer -con una visión estética diferente- con los cuentos de Raza ciega (1926), que recibiera elogiosas palabras de Jorge Luis Borges y el Premio de Instrucción Pública. Se integró al círculo de jóvenes vanguardistas que se reunían en torno a La Cruz del Sur y Cartel. Más adelante publicó Saltoncito (1930), considerado durante varias décadas como un clásico uruguayo de la literatura infantil. Con la novela Sombras sobre la tierra (1933) asentó su fama, describiendo personajes del bajo maragato con una mirada de solidaridad y compasión hacia los más humildes y desamparados. Juan C. Onetti, su amigo, celebró esta novela que introducía el mundo prostibulario en la narrativa local. Espínola tuvo también su experiencia en el género teatral con La fuga en el espejo, un drama-pantomima estrenado en 1937. Publicó El rapto y otros cuentos (1950), y Milón o el ser del circo (1954), un diálogo de inspiración platónica dedicado a temas estéticos, que mereció la Medalla de Oro del Ministerio de Instrucción Pública. Al morir dejó inconclusa una obra sobre las aventuras de Don Juan, el zorro, protagonizada por animales, que se publicó póstumamente en 1984 luego de una reconstrucción de Arturo Sergio Visca y Wilfredo Penco en base a fragmentos éditos e inéditos. Para muchos, el Don Juan, que él llamaba ‘poema' y en el que coexisten el relato popular, la fábula y aspectos épicos, constituye la muestra más acabada de su arte. Jorge Albistur señaló: 'supo mucho de campo, sin duda, pero más supo de estética'. Espínola ha sido de gran influencia en la mayoría de los narradores que lo sucedieron, sintetizado por Mario Arregui en: 'Todos venimos de Paco'. Ángel Rama destacó su papel de nexo entre las generaciones literarias. Carlos Maggi expresó: “Paco Espínola es (…) el más técnico de nuestros escritores, el más conocedor de los trucos a que puede y debe recurrirse, el que mejor sabe desmontar y explicar una obra propia o ajena, poniendo de manifiesto, uno a uno, los medios por los cuales se logran y se traban y se multiplican, unos por otros, los efectos. Nadie es más sutil y refinado que Espínola en el manejo de los hilos invisibles de la escritura”. Mario Benedetti subrayó el giro que Espínola le otorgaba al uso habitual del misterio.

No fue un cuentista prolífico, pero sí magistral, así lo revelan relatos como, por ejemplo, “El hombre pálido”, “¡Qué lástima!”, “Los cinco”, “Rancho en la noche” o “Rodríguez”, reunidos en un volumen de Cuentos completos integrado por diecisiete piezas. De ámbito rural muchos ellos y otros ambientados en medios urbanos, lejos están de quedarse en la simple anécdota o color local; según Benedetti: “la fantasía de Espínola tiene un cabo en la tierra, pero su razón de ser está en el aire”. Participaba en charlas coloquiales con jóvenes escritores en los cafés Metro y Ateneo de la Plaza Cagancha, con una conversación cautivante, de un gran narrador oral. Brindó conferencias sobre La Ilíada, Hamlet, Eduardo Acevedo Díaz, Justino Zavala Muniz, entre otros.

En 1948 viajó invitado al Congreso por la Paz en Breslau, Polonia. En 1957 tiene lugar el Homenaje del Liceo de San José. Al año siguiente integró la delegación uruguaya a la X Conferencia de la Unesco en París, junto al ministro de Relaciones Exteriores Oscar Secco Ellauri y el Dr. Arturo Ardao. En 1961 obtuvo el Gran Premio Nacional de Literatura. La Junta Departamental de Montevideo le rindió homenaje en 1962. Avanzados los sesenta se pudo ver el programa de TV en Canal 5, "FRANCISCO ESPÍNOLA NOS ACERCA LOS CLÁSICOS", en el que hablaba de los personajes homéricos con su modo campechano, mientras armaba lentamente sus cigarros. Luego cesó de emitirse por resolución del Consejo Directivo del Sodre con una protesta generalizada de personalidades de la época.

A pesar de su origen blanco, Paco Espínola venía coincidiendo en posturas concretas de izquierda desde las campañas de apoyo a la República Española durante la guerra civil. Por eso no fue raro que, junto con su cuñado Luis Pedro Bonavita, se integrara al novel Frente Izquierda de Liberación a comienzos de los sesenta. En 1971 adhirió al Partido Comunista, integrante del Frente Amplio.

En la década del ochenta, Idea Vilariño aplicó su teoría de los ritmos a la narrativa de Espínola y escribe “Los versos de Paco” que se refieren a los versos que quedaron inscriptos en su prosa. Esther de Cáceres también destacó el aspecto de la música en los textos del autor.

Murió en Montevideo el 26 de junio de 1973.

Su obra ha sido poco estudiada en el exterior, en tanto a nivel local ha gozado de gran apreciación crítica. El Archivo Literario de la Biblioteca Nacional custodia su archivo personal.

 

(*) FUENTES CONSULTADAS:

•  Nuevo Diccionario de Literatura Uruguaya 2001 Editorial Banda Oriental - Alberto Oreggioni.
•  Sitio Web Anáforas-Biblioteca Digital de Autores Uruguayos.
•  Larre Borges, Ana Inés: “Francisco Espínola, el último escritor nacional”. Insomnia. Separata cultural de Posdata Nº 19. Mvdeo., 1998, abr-30.

 

Lunes 4 de Octubre de 2021
Ministerio de Educación y Cultura